Acababa de escoger una fruta de aspecto dulce y jugoso y me acerqué al mostrador a pagarla. Cuando di la moneda al vendedor, éste, mirándome extrañado, me dijo: "señor, no puedo aceptar esta moneda pues carece de valor, sólo tiene un lado".
Recorremos el camino de la vida buscando frutas apetecibles, jugosas, de rico y agradable sabor y lo hacemos con el monedero abierto para ir añadiéndole las monedas que más nos gustan, esas que, como la fruta elegida, tienen mejores aspecto y sabor.
Así, vamos acaparando alegría, bienestar, afecto, sonrisas, felicidad y dejando de lado tristeza, malestar, miedo, y demás aspectos vitales que amenazan con romper ese estado ideal, paradisíaco, que pretendemos encontrar.
Elegimos la cara y abandonamos la cruz, nos ofrecemos al sol del día y ocultamos de la oscuridad de la noche, abrazamos el calor y huimos del frío.
La Vida, y nosotros, que es donde se vive, no distingue entre dos extremos para desarrollarse, pues, viéndolo todo como una sola cosa, jamás se plantea la absurda idea de mejor o peor, de alto o bajo, de día o noche.
Ella sólo acepta la moneda completa, entera, con su cara y su cruz, pues sabe a ciencia cierta, que las dos perfectamente aleadas son las que le otorgan su completo valor y que, si faltase una sola de ellas, si eso fuese posible, se convertiría en un trozo de metal sin más que acabaría siendo arrojado a la basura.
Si tu jamás aceptarías una moneda con un solo lado por su ausencia de valor ¿por qué, entonces, te permites despreciar todo aquello que supone cruz, arropándote sólo en lo que parece cara?
¿A quién le parece todo así, quién decide adoptar esa elección?
Desde luego mal consejero es mandándote a la compra sabiendo que no podrás pagarla.
Si quieres vivir plenamente acepta tanto tus caras como tus cruces, tus alegrías y tus tristezas pues ambas son TU y conforman tu entero Ser.
Las diferencias sólo lo son a ojos de ese consejero que te engaña en la compra y en todos los demás ámbitos de tu vida. Y ésta da el ejemplo constante de cómo todo se desarrolla y ES mediante la colaboración de los aparentes contrarios, que dejan de serlo cuando se unen para convertirse en lo que ya son: una sola y única perfección eternamente presente.
Macho y hembra unidos producen siempre una nueva manifestación, sea un ser de carne y huesos, sea una luz que alumbre tu oscuridad, sea un fuego que caliente el alimento que tú cuerpo pide y necesita.
Todo es Uno, o, mejor aún, es No Dos y enfrentarse a esta Verdad es luchar con la certeza de la derrota asegurada, es pretender apagar el sol con un soplido, coger la luna en el agua donde se refleja, es, en definitiva, abandonarte a TI para elegir otro.....
Quédate con el Oro en lugar de la joya, elige la cuerda y no la serpiente, el mar y no la ola.
Que no te importe ver la cruz: sólo con girar la moneda entre tus dedos disfrutarás de la cara.
Ese es el juego eterno de la Vida.
Si quieres jugarlo lanza la moneda al aire y compréndelo.