P: ¿Todo lo que posees te posee?
R: Cierto, así es y ello es posible porque son la misma cosa. ¿Quién posee? ¿Aquel que ni siquiera es capaz de poseerse a sí mismo, conocerse, dominarse? La cosa poseída supuestamente y el asimismo supuesto poseedor, son ambos hijos de la ilusión y mientras ésta se mantenga se obvia la realidad opacada tras ese velo que, sobre el Santuario de la Verdad, se puso y pone a cada instante, con cada pensamiento. Una medusa o una ramita son diferenciadas por la previa etiquetacion que de las mismas de realizó. Pero sin ese categorización, sin la descripción siempre contaminada por creencias, expectativas y deseos varios y vanos, son la misma cosa: formas ambas danzando la misma vida.
P: Son encantadoras.
R: Lo son porque tú las ves así, les das su encanto al percibirlas, el cual es, a su vez, tu propio encanto, porque no hay otro más separado de ti, como tampoco hay medusa, ramita o tu, sino la esencia de donde todo surge, la arcilla desde la cual todo es moldeado, la misma agua emanando dulce o salada, el único espacio donde todo se manifiesta.
P: Es difícil de entender eso..
R: ¿Quién quiere entenderlo? ¿El que te ha llevado de rama en rama, de árbol en árbol, buscando algo que no eres siquiera capaz de expresar o definir? El anillo no entiende del oro del que surge pero ese puro Oro está ahí, sin más y, al fundirse con el calor adecuado, la joya en forma de anillo, pendiente o collar, da igual, desaparecerá para siempre, volverá a su Ser.
P: Es terrible eso que dices.
R: Una vez más te pregunto ¿Para quién es terrible? Si observases unos instantes al que fórmula esa pregunta te darías cuenta que TU eres diferente de quien plantea esas cuestiones y que esas preguntas surgen porque ya sabes las respuestas sólo que, recubiertas de innumerables capas de conceptos e ideas, no las reconoces y ves. Ese que pregunta no resiste la más mínima indagación que sobre el mismo realices. Podrás luego aceptar o no lo que de ahí comprendas (de hecho es el indagado el que hace eso, no tú), pero el poso ya quedará para siempre, la semilla plantada y sólo con seguir simplemente siendo, viviendo, aceptando todo como la más hermosa expresión posible de la vida, la Comprensión emergerá como la más bella flor jamás vista por ojo alguno.
P: Ojalá así sea.
R: Verás, es que no será, porque.... ¡Ya Es! Cuestiona, y aparta cualquier idea de un futuro donde algo se te revelará, de un acto mágico que te proporcionará la comprensión que crees te falta. Ya eres pura magia, ya comprendes, sólo es que lo has olvidado temporalmente y, por lo tanto, desechando el concepto tiempo, lo recordarás.
Para ver lo que tienes en casa no hace falta emprender ningún viaje.