CAMINAR

 

 


 Hay luz y oscuridad, desierto y vergel, alegría y pena, amor y odio, y entre ambos aspectos de la única realidad nos movemos, deslizándonos de uno al otro como veletas sometidas a un huracán. Los cambios de opinión, la erupción de ilusos deseos, las ofensas percibidas, entre tantos otros trastos inútiles, nos empujan constantemente con el único fin de mantenernos ocupados en cruces de caminos con indicaciones difusas que sólo nos mantienen perdidos intentando agarrar espejismos que se disuelven a la más minima indagación que hagamos sobre ellos.

Esperamos que nos llegue el acto mágico, la luz que aclare, el diccionario que nos haga entender el lenguaje de la vida, siempre de algo o alguien que desde fuera nos lo de.

A veces al leer un texto o escuchar unas palabras de repente algo se enciende bien adentro y, como estufa solitaria en el último rincón de la cabaña mas alejada en el crudo invierno, un suave calor alumbra la comprensión en un silencio donde las palabras están de vacaciones y la Verdad puede susurrar caricias como nubes de algodón.

Y puede que nos riamos de nosotros mismos, de la inutilidad orgullosa de pronunciar en voz alta un deseo desesperado, de la ridiculez de formularlo ante la constatación plena, firme y duradera, de que no se puede pedir lo que ya se posee, como el bosque jamás pediría sus árboles ni el desierto su arena.

El aire dentro de los pulmones es exactamente el mismo que era antes de entrar a esos aposentos vitales. El agua del río es la misma que la del mar y la lluvia que en ciclo eterno permanece indiferente ante sus aparentes cambios.

Tu eres igual que cuando naciste, gateaste y comenzaste a caminar con pasos torpes y divertidos a la vez, repletos de ilusión ante el mundo que así se abría a tu alcance: jamás te planteaste si podías hacerlo y simplemente lo hiciste.

Tu cuerpo ha cambiado pero Tu sigues siendo igual, tan sólo obsérvalo por un instante y recuerda.

Quizás, si tu recuerdo es honesto y tu anhelo puro, rías a pleno pulmón al ver tu propio reflejo.

Quizás la vida roce tu mejilla en un beso cálido y único.

Quizás así dejes de pedir y comiences a realmente vivir.

TIEMPO ETERNO

 




Cuando llega el sueño, cierro mis ojos.
Los necios se ríen de mí, pero los sabios entienden.
Linji Yixuan

El tiempo es un gran invento, perfecto para mantenernos en el pasado o en el futuro, alejándonos del presente donde mora la eternidad. Su hermana mayor es la mente repleta de pensamientos inútiles que pretenden tener autoridad, sabiduría y poder.
Y los dos juntos, tiempo y mente, hermanos unidos en un esfuerzo común, tienen autoridad y poder, pero carecen de Sabiduría. Intentan constantemente alejarnos de nuestro eje que es el momento presente, el instante prefecto, segundo a segundo, donde habita el recuerdo de lo que somos, centro perfecto e inamovible donde instalarnos. Imagina por un instante que la tierra se moviese un milímetro del eje que la sostiene: el desastre sería total. Somos la Tierra y, como ella, tenemos un eje perfecto en cada eterno instante.
Alguien dijo ya hace tiempo que el río que miras nunca es el mismo, pues el agua va deslizándose sin esfuerzo hacia su destino que es el mar. No se plantea de dónde vino ni tampoco hacia dónde va: sabiamente se deja conducir gota a gota sin esperar nada, ausente de anhelos y pretensiones, descansadamente, maravillándose del paisaje, en perfecta comunión con el sonido creado al fluir así.
La Vida vivida de esta forma es pura meditación, donde todo está dado y la felicidad puede aparecer. Si tengo hambre como mi arroz, concentrado en su sabor, disfrutándole, sin quejas de si fue caro o barato, si tuve un mal o buen día. Cuando a la noche llega el sueño a visitarme, cierro mis ojos y duermo ¿qué más podría hacer? Puedo enfadarme, quejarme o incluso entristecerme por un momento: el río en su recorrido a veces tropieza con ramas o rocas, las acepta y al pasarlas las olvida, libre de pesos inútiles.
Obrar así, en comunión perfecta con lo que la Naturaleza nos enseña a diario es difícil pero posible. Hacerlo en contra es un suicidio. Es una tarea de Hércules poder resistir el empuje de esos dos hermanos sin que nos arrastren por el lodo que desplazan. Pero Hércules era un semidios, mitad hombre mitad Dios, asistido por los Dioses, y eso es lo que por todas partes dicen somos nosotros.
He escrito y hablando mucho sobre Esto, pero es hoy, ahora, en este instante, cuando, dando gracias por Ello, comienzo a sentirlo, verlo y valorarlo en toda su belleza.

Hay poesía en cada gota de vida que nos empapa.

Hay calma y paz en cada segundo.

Hay un secreto tan sencillo que hoy ya nadie lo cree.

Parnaso de Hierasis

¡Qué maravilla! Parto leña, acarreo agua.
Pang el Seglar


COMPLEJIDAD

 


Gustamos de lo complejo, de lo difícil y valoramos aquello en lo que invertimos un esfuerzo para obtenerlo. Así, cualquier acción que emprendamos conllevará una evaluación previa de las posibilidades que tenemos de realizarla de forma satisfactoria, de los beneficios que nos aportará y de que éstos compensen el esfuerzo, tiempo y dedicación que vamos a emplear en ella 

Esto ocurre absolutamente con todo aunque a veces no nos demos cuenta de ello, porque ese proceso se encuentra automatizado y perfectamente integrado en cuerpo y mente. De hecho son estos dos los que necesitan del mismo para poder subsistir, como un seguro de vida para ellos, pero un seguro lastre para la Esencia que somos.

Todo en la Naturaleza que nos rodea funciona a la perfección sin fallo alguno y sólo la intervención ajena y la interrupción de sus mecanismos perfectamente engranados puede producir resultados distintos de los que, en principio, están destinados a ser. Una semilla, un ave surcando el cielo, un fiero León o una humilde hormiga viven fluida y sencillamente sin más.

¿Qué tienen en común todos ellos, qué les diferencia de nosotros?

La ausencia total de pensamientos.

Si la semilla tiene que pudrirse para crecer y desarrollar el gigante árbol que en potencia contiene en sí, se pudre.

Si el ave tiene que volar incluso con el fiero viento obstaculizándolo, volará. 

Si el león tiene hambre cazará y si tiene que descansar, lo hará y las gacelas se pasearán delante de sus narices con la tranquilidad absoluta de que nada les ocurrirá.

Si la hormiga tiene que caminar un metro o doscientos para obtener el alimento que conjuntamente se guardará y consumirá en el hormiguero, lo hará sin queja alguna.

Ninguno cuestiona, crítica, se entristece o se alegra por hacer lo que la Vida les ha asignado. No necesitan pensar para hacerlo, sabiendo de forma natural su actuar. Si tienen que moverse se mueven, si tienen que comer comen y si tienen que morir mueren, sin más.

Nosotros, aunque parezca increíble, compartimos ese fluir, sólo que con el paso de lo que denominamos tiempo lo hemos olvidado. De niños comemos, lloramos, reímos, jugamos, peleamos, descansamos sin tener aún las herramientas que de adultos consideramos imprescindibles para desenvolvernos en la vida. 

 !Y sobrevivimos!

El imperio de la razón lleva con nosotros una milésima de segundo, si nos referimos al cómputo total de la Vida aquí, y sin embargo ha logrado conquistar de forma absoluta todo lo que anteriormente a su aparición conformaba la existencia de todos nosotros. Siempre hemos pensado y siempre pensaremos, pues la mente, el flujo constante de pensamientos, forma parte de nuestra constitución junto con el cuerpo, el intelecto y el ego. Pero jamas como hoy se habian invertido sus papeles hasta el punto de llamar, peyorativamente, pensamiento mágico a vivir acordé al fluir de la Vida.

Y si un cierto despertar se produce, y de repente comienzas a cuestionar todo eso, la mente se asusta e intenta impedir por todos sus medios, evidentes y sutiles, que ello ocurra y se consolide, llegando hasta el punto de intentar convencernos de que ella es un estorbo y hay que eliminarla.

¿Cabe mayor trampa, peor ardid, más sutil y terrible engaño?

Ella sabe perfectamente que eso es imposible pues el peaje hay que pagarlo sí o sí y lo que no quiere es rendirse a Ti, a su verdadero dueño y Señor y actuar a Tu servicio, pues se acostumbró al trono y de ahí ya no quiere bajarse.

Te toca ahora a Ti invertir de nuevo los roles usurpados y devolver al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios. Y para ello debes usar todo lo que es "el Cesar", incluida la mente que pasará de tirana a servidora indispensable, siendo trascendida y sentada en otra fila de la clase.

Cualquier niño por rebelde que sea acabará alegre y contento si se le da el papel que le gusta.

Al fin y al cabo ellos sólo quieren jugar..  


CAMINAR




El secreto está a la vista todo el tiempo pero no a los ojos del cuerpo siempre cambiante, jamás eternamente presente, aunque gracias a él podemos ir un poco más allá y contemplar la Realidad sin tapujo alguno. Por eso no debe despreciarse el cuerpo, como hasta el mismo Buda reconoció en su etapa de Sadhu errante.

Entre el desprecio y abandono total de este cuerpo y su adoración consistente en cumplimentar todos y cada uno de sus caprichos, hay una senda justa, un Camino de en medio por donde transitar.

Lo mismo ocurre con la mente: entender todo esto depende asimismo del flujo mental, de la procesión imparable de pensamientos que, como orugas procesionarias, desfilan incesantemente. Y, como ocurre con el cuerpo, también aquí acontece lo mismo: necesitamos de esta misma mente para poder realizar la verdad que precisamente se encuentra mas allá de ella.

Así, cuidar el cuerpo y vigilar la mente son las únicas tareas a llevar a cabo con respecto a ellos, sabiendo todo el tiempo que tu moras mas allá, que nada de lo cambiante puede afectar a lo que permanece siempre igual, sin mancha ni cambio alguno, como las nubes jamás afectan al cielo.

Las complicaciones ante esta simple y llana Verdad surgirán sólo si te sumerges en la corriente de pensamientos que al respecto surgirán, pero que si los observas aceptándolos in resistir, cederán en su intento y acabarán por irse quebrando pues nada pueden hacer contra aquello que no pueden entender.

Abraza esta Libertad y lo demás te será dado por añadidura.

DIFERENCIAS

 



Vemos diferencias porque consideramos que estamos divididos en dos polos y así hombres y mujeres se buscan y creen necesitarse como algo diferente que cubra aquello que "falta".. Sin embargo, lo que anida tras esos cuerpos, en sus "profundidades" es lo mismo.

El condicionamiento marca las diferencias que hasta ese momento crucial en torno a los tres años eran inexistentes. Para comprobarlo basta con observar jugar a niños menos de esa edad: no entienden que haya "otro" sino que consideran que ese que les mira y juega con ellos (empleo estos términos para entendernos pero no olvidemos que al no saber de diferencias en esa temprana edad, no tienen sentido alguno para ellos), es el mismo ser, no como si se contemplase reflejado en un espejo, sino absoluta y completamente el mismo, sin separación.

Con los años y a fuerza de repetir los modelos sociales  que imperan aprendemos que existen esas diferencias anatómicas y de formas de pensamiento y ello condiciona todo comportamiento e impide la reflexión sincera, la posibilidad de plantearse que en realidad quizás no seamos tan diferentes...

Así la naranja está partida y hay que completarla, aunque haya sabores dulces y agrios, ambos ilusorios porque se basan en lo que el gusto, sentido del cuerpo siempre cambiante, exigente y caprichoso, desea, atendiendo las órdenes directas de la comandante jefe, la mente.

Es fácil reconocer que a veces sentimos cercanía mayor con congéneres independientemente del género que hayan adoptado y ello ocurre siempre que, en un instante dorado, saltamos la valla de alambre formada por pensamientos firmemente entrelazados, largamente establecidos.

La Consciencia siempre se reconoce a si misma más allá de diferencias superficiales. 

El Cielo es el mismo en un país que en otro, tenga lluvia y nubes o aparezca despejado por completo.

El agua del Mar es exactamente la misma que empapa cada costa.

El aire se respira con iguales componentes aquí que allí, no varía según sea hombre o mujer, niño o niña quien lo inhale, beba o admire la maravilla del techo azul celeste volando sobre su cabeza.

Aferrarse a lo permanente otorga la seguridad del invidente que con paso firme cruza confiado el abismo entre dos calles, pues nada tiene en sí que le distraiga y le diga que no puede hacerse.

Lo cambiante es un sueño.

Lo eterno permanece siempre igual.




MASCARAS



Llevar máscara no debería sorprendernos pues, quien más quien menos, siempre la ha, hemos, llevado. Una mascarilla imperceptible que ocultaba los verdaderos sentires y pesares que anidaban en nuestro interior, un rostro hecho de puro disfraz donde mostrar lo que interesa y ocultar el alma, no vaya a ser que la vuelvan a dañar...

La mascarilla ahora es mas evidente y a muchos les permite ser ellos por primera vez, pues "sólo se ven mis ojos y ahí nadie puede saber cómo soy". Craso error, pues olvidan que los ojos son las ventanas del alma y asomarse a ellas es mas fácil que respirar aire puro, si se sabe mirar.

No se puede ocultar el corazón ni disimular el Ser que somos, como es imposible ocultar el Mar o disfrazar el vacío, el espacio donde todo ocurre y se manifiesta.

La Ilusión hace que pensemos que sí es posible hacerlo y que pensemos y creamos que todo el tiempo está ocurriendo de esa manera pues, al ser una ilusión compartida, cobra visos de supuesta realidad...

Sostenerla durante cierto tiempo es posible sólo a costa de un gran esfuerzo de ocultación de tu Ser, el cual siempre saldrá victorioso como el Sol hace cada mañana en apariencia pues jamás se ocultó sino que, en silencio sagrado siguió su viaje alrededor de si mismo, donde todo ocurre, donde todo ya ES.

Nada puede tapar tu esencia.

No lo hagas TU.

DIFICULTADES

 


En el camino de la devoción, los primeros años tenemos muchas dificultades. las dificultades prácticas y de la vida familiar son muy comunes, pero son pruebas, no debemos perder nuestra valentía. Si abandonamos, Maya acabará con nosotros. Es mejor creer en las palabras del Sadgurú y permanecer firmes.

Las circunstancias tienen un tiempo limitado, no son permanentes, vienen y van. La batalla de la vida ha de ser peleada hasta el último aliento. Las dificultades y las calamidades son como tornados o como inundaciones de los ríos, son un drama por un corto período de tiempo, pasado el cual las condiciones normales prevalecen. Los tornados y las inundaciones no duran para siempre, se acaban ¿no?

El que sabe esto se protege a sí mismo con el máximo esfuerzo en esos momentos y se salva. El destino de alguien que se aterroriza y huye es perderse ¿no? ¡Afronta las circunstancias adversas!

Mírame a mí, no me gustan los caminos cómodos en la vida. Las dificultades y los desastres nos cambian. Debes afrontar los desafios y seguir luchando. Eso te hará fuerte. Yo soy como un tigre de cola retorcida cuando me vienen los desastres. Me digo a mí mismo: soy afortunado, vendrán suficientes dificultades'. 

No sabes las adversidades que he tenido que afrontar. Perdí a mi esposa, mi hija y mi yerno muy pronto. Perdí mis negocios, pero no perdí mi corazón en absoluto. Mi Hari está aquí. Aquél que aparta todos los pesares es Hari. Mi gurú, Sri Siddharameshwar Maharaj, me da un apoyo total a mí y a todos. 

Aunque al principio suframos en esta vía de la devoción, después tendremos mucha suerte. Durante los primeros años, los dolores y calamidades, que son los hijos de Maya, nos acosarán, pero serán derrotados por las bendiciones de Hari y disfrutaremos de la bendición suprema.

No te preocupes, no acojas los malos pensamientos. Sigue recorriendo el camino de la vida recordando el Naam Mantra dado por el Sadgurú. Más adelante hay alegría en el camino.

Sri Nisagardatta Maharaj