Demasiada suavidad y dulzura hace que te canses del azúcar.
Demasiada acidez estropea la degustacion.
El justo medio es el centro donde todo gira en una rueda infinita sin tiempo, irradiando al perímetro que lo circunda como onda que desde ahí se expande.
Allí la ilusión, disfrazada de múltiples formas, seres y sabores.
Aquí lo Único sin dos, el centro inmutable que, ajeno al espejismo, siempre basado en nuestras proyecciones de carencias, nada necesita porque todo lo tiene y es.
Moverse de uno a otro mantiene la ilusión.
Permanecer sin permanecer alumbra el Camino.
Así, las serpientes son vistas como cuerdas y las cuerdas desaparecen como bruma en el amanecer, pues nada pueden atar ni a nadie envenenar.
Las raíces del árbol absorben todo cuanto tocan, incluso el veneno que le puede matar.
¿Seguirás absorbiendo la bruma?
Es tu decisión seguir saltando de rama en rama.
Al final, tendrás que bajar.
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