El silencio se escucha desde cualquier lugar, pues no conoce distancias, cercanías o lejanías.
Vibra sin vibrar y dice sin pronunciar sílaba alguna, sin alterar lo más mínimo el aire que todo lo impregna y, así, lo dice todo sin decir nada.
El verdadero Silencio es el que muestra la Vida en toda su fuerza y esplendor sin hacer demostración alguna de imágenes, sonidos, sueños o realidades.
Esta tan vivo que nada ni nadie es capaz de expresarlo so pena de generar solamente un ruido sin sentido, inexpresable, ininteligible, aunque en él todo se comprende sin nadie que lo comprenda.
El Silencio ES la Vida, el espacio, el vacío primordial donde la Palabra creadora realiza su función de manifestar el paso de la potencia al acto. Pero el silencio, que es todo potencia, no necesita de acto alguno para Ser.
Dejar que ese único Silencio nos abrace es reconocerlo, es recuperar la Palabra pérdida, la inocencia original, el Paraíso donde no existen ni el bien ni el mal.
Sumergirse, empaparse, ser ese Silencio, no depende de voluntad alguna, pues suena donde quiere y se le quiere y, ajeno al ruido exterior y al estruendo interior, mucho más aparatoso, enormemente perturbador, simplemente se acerca esperando ese resquicio por donde la chispa de luz ilumina todo el Universo.
Cuando el Silencio habla todo calla.
Y así todo queda dicho y nada más se puede decir.
Que conozcas el Silencio.
Que aceptes su visita.
Que te vuelvas Uno con él.
Es mi deseo expresado en pleno Silencio.
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