¿A quién esperas?
Nadie tiene que venir a liberarte de nada pues jamás estuviste en una jaula salvo la imaginaria que de suave hilo de seda se convirtió, a los ojos de tu errónea y contaminada percepción, en barrote de sólido acero.
Dentro de ese encierro suavizado con el tinte de la "libre elección" el tiempo pasa mientras vas saltando de rama en rama, de árbol en árbol de supuesto conocimiento sin saber que éste ya es en ti.
Analizas maestros, textos, palabras, imágenes en pos de esa clave-llave que crees te abrirá el cofre del tesoro escondido, buscando aquello que se ajuste a tu preconcebida idea de lo que esperas encontrar.
Así, de hecho encuentras y encontrarás, pero sólo aquello que puede ser encontrado, es decir, ese algo que, como tu búsqueda viciada, está formado del mismo hilo que tus barrotes imaginados e imaginarios, puesto que lo que ES no puede ser buscado ni encontrado jamás.
¿Acaso el aire necesita buscarse para saber que es aire?
Libre y sin cadenas, sopla donde quiere sin tener en modo alguno que necesitar querer para ser.
¿A qué esperas?
A la técnica difícil y complicada, el discurso oscuro, intelectualmente elevado, al alcance de unos pocos que lo "entienden" a diferencia del resto, lo cual te separa cada vez más de tu objeto de búsqueda y deseo, de Ti.
Lo que quieres no es lo que eres, pues esa querencia surge de la falta de comprensión de tu verdadera naturaleza la cual, sin complicación alguna, ya eres, porque ya Es.
Jamás podrás entenderlo puesto que no se puede entender lo que es ajeno a la jaula de ideas, juicios y prejuicios en los cuales te desenvuelves.
Lo que sí puedes es darte cuenta, sentir un cierto "ajá, es esto" que se quedará así, sin desarrollarse mental o intelectualmente pero que, como semilla lanzada a la oscuridad del agujero cavado en la tierra, se pudrirá sin tu intervención, para dar el fruto anhelado.
Si quieres recordar, olvida primero.
Si quieres encontrar, abandona toda búsqueda.
Si quieres despertar, sabe que sueñas.
El resto, que es sin partes, resquicios o causas pérdidas o encontradas, vendrá dado por añadidura.
Y esa añadidura ya eres TU.
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