No apegados a nada y tampoco intentándolo. Algo está ya allí por sí mismo. Tu propio Ser. No está tratando de convertirse en nada. Está totalmente satisfecho descansando consigo mismo. Nunca se cansa. No pertenece a nada. No tiene que demostrar nada. No es digno ni indigno. Ni va ni viene. No necesita ninguna ayuda. Está más allá de la necesidad. Este es tu Ser. Y ningún pensamiento le ayudará.
Mooji
Conviene observar así la Vida, como un fotógrafo que saca de vez en cuando fotografías, unas veces hermosas y a todo color, llenas de luz y alegría, otras en blanco y negro aparentemente tristes y oscuras, pero siempre instantáneas de un presente eterno y único.
De seguro tienes fotografías así guardadas en tu memoria, a las que, de vez en cuando, echas un vistazo: Te despiertan recuerdos y sientes emociones que, una vez saboreadas de nuevo, hace que las vuelvas a dejar en el álbum y continúes con tu vida. Los recuerdos se reviven en un solo presente por lo que no tienen validez, ya no existen, son fruto de la memoria. Y sabes bien que la memoria suele jugarte malas pasadas pues, como herramienta de la mente siempre dominante nunca verdadera, pretende desvirtuar el instante único, la instantánea plena de vida, rebozándola en supuestas experiencias que desaparecieron en el mismo momento en que sucedieron.
Conviene observar la Vida, plena de momentos diferentes, como las fotografías de tu álbum personal, que te hacen sentir emociones intensas, pero siendo nada más que instantáneas que jamás pueden desvirtuarte, quitarte el placer de disfrutar y dejar que la Vida viva en ti.
Puedes elegir las fotografías de tu álbum.
Puedes elegir la instantánea de cada instante, disfrutarla, vivirla sin clasificar ni comparar.
Puedes elegir ser tu.
Puedes elegir simplemente SER.
Las nubes pasan flotando en la extensión vacía del cielo. El cielo no se queja.
Mooji