¿Y QUÉ?

 

¿Y que? ¿Cuál es el problema? Que la vida parezca golpearte sólo puede cobrar fuerza cuando te aferras a esa imagen y desarrollas toda una batería de pensamientos, juicios, oponiones y sus correspondientes emociones en forma de quejas, victimismos y demás artillería pesada de la mente que todo lo intenta controlar.

Porque para que la vida golpee debe haber alguien a quien golpear y, por imposible que te parezca, no eres TU. Cierto es que el entrenamiento basado en un condicionamiento casi constante a partir de los tres años de edad, aproximadamente, te ha hecho creer que era ese ser que se contempla en el espejo y, al mismo tiempo, ha conseguido que olvides todo aquello que SI eres, la única y verdadera Realidad del Ser.

Por eso es difícil y complicado intentar comprender la falsedad de ese sufrir  empleando la misma herramienta creadora del mismo. ¿Comprendes? No puedes apagar fuego con gasolina ni borrar una mancha de tinta con más tinta.

La solución pasa por, mediante un esfuerzo verdaderamente titánico, resistir los embates de los pensamientos y, por un instante, detenerse e investigar usando, de esta forma sí, esa misma mente en lugar de permitir que sea ella quien te use a ti.

Es tremendamente sencillo y la clave de esta verdad radica en que tus pensamientos harán lo imposible por desvirtuarla pues gustan de lo complejo, del esfuerzo, de resaltar tu supuesta "valía personal" sobre la valía de los demás.

Si quieres probar hazlo y si aún no lo sientes así, sigue navegando pero plantéate la posibilidad de que todo esto sea verdad y que el sueño, por más vívido y real que parezca, sigue siendo sólo un sueño que se contempla al despertar.

¿Quieres probar?


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