¿Quién quiere vivir el Silencio?
¿Quién sumergirse en su ancho y calmo Mar?
¡Yo! dirás con ímpetu arrollador. Y al preguntarte cómo lo harás, comenzará, tras la perplejidad inicial, el desfile de ideas que, a ese respecto, surgirá atropelladamente en ti.
Y no sabrás responder, salvo, si acaso, un balbuceo infantil e inútil que jamás se traducirá en palabras comprensibles. Porque no sabes cómo zambullirte en un mar del que desconoces e ignoras su composición, forma, extensión y color, conceptos todos ellos que, ante ese término, "mar", habrán surgido por comparación con el que familiarmente te resulta conocido, compuesto de agua salada y olas de diferente tamaño, forma y espesor.
Y verás que algo te dirá que no es ese el mar de la pregunta inicial sino otro que responde a tus necesidades más secretas, a los deseos que arrastras toda tu vida y que jamás pudiste cumplir, a los anhelos de un descanso y una Paz que intuyes te espera en algún sitio que, por más que lo buscaste, jamás pudiste encontrar.
El Silencio es un Mar sin olas ni temporales, sin calma o alteración, un lugar imperturbable donde todo tiene cabida sin excepción, no porque contenga algo distinto a sí mismo sino porque es pura y bendita Agua que libremente adopta cualquier forma para luego abandonarla disolviéndose en su matriz primera, como el Vacío que todo lo contiene y, por tanto, Es.
El Silencio del que hablamos es independiente y distinto del ruido exterior, pues ocurre y se desarrolla completamente ajeno a las tormentas que parecen circundarle y amenazan con acallar su Voz, que la tiene, aunque nuestros oídos sean incapaces de escucharla o nuestros ojos de verla
Este bendito y único Silencio ES en la intimidad de la cueva donde la manifestación no puede entrar y se asienta en su profundidad más interna esperando la visita de quien harto ya de balancearse de un extremo a otro a lomos del péndulo del reloj de la vida de emociones y pensamientos desbordantes, quiere cambiar el enojoso y molesto ruido de sus campanadas constantes por la tranquilidad de un "tic tac" suave que marca el ritmo vital, esencial, que ese otro ajetreo parecía haber hecho desaparecer.
No busques ese Silencio en lugares lejanos, ni mediante complejas fórmulas que, cuanto más enrevesadas sean, más te alejarán de El.
Invierte tu búsqueda o, mejor aún, abandónala y, sentándote en el suelo de tu Ser, simplemente permítete escucharlo resonar en Ti.
El espléndido Sonido del Silencio es la más hermosa melodía que jamás escucharás.
Cierra ojos y oídos y déjate mecer por Ella.
ResponderEliminarSi usted ha tenido la "VIVENCIA - ADVAITA" de ser todo, uno, el absoluto. SE DEBE A:
Se debe al haber meditado, sin tener capacidad para ello; por lo cual ha volcado sin saberlo ni comprenderlo, toda su volición en la cognición hemicerebral derecha QUE ES ATEMPORAL, y por tanto un absoluto sin Yo, sin alma, sin identidad; por eso todo y uno.
Experiencia en realidad pseudoadvaita por cuanto resulta de dejar a un lado, de dividirse, de separarse de la mitad cognitiva TEMPORAL hemicerebral izquierda, Y DE LA TAO ETERNA que se percibe a través del Sushumna Nadi y Cuerpo Calloso Cerebral, QUE UNIFICA, SUBLIMA LA TEMPORAL Y ATEMPORAL PARA HACER SURGIR LA COGNICION ETERNA NODUAL.
Ustedes, ADVAITAS, no tienen ni la menor idea de lo que es la meditación, ni han meditado jamás como es debido;
por eso han tenido la vivencia de la ATEMPORALIDAD Y JAMAS LA ETERNA.
Por eso, almas cándidas, no saben diferenciar entre DIVISION Y DIFERENCIACION UNITARIA. No han comprendido jamás el VEDANTA VISISTA NI EL ERROR DEL VEDANTA ADVAITA.
Gracias 🙏🏼
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