Cuando llega el sueño, cierro mis ojos.
Los necios se ríen de mí, pero los sabios entienden.
Linji Yixuan
El tiempo es un gran invento,
perfecto para mantenernos en el pasado o en el futuro, alejándonos del presente
donde mora la eternidad. Su hermana mayor es la mente repleta de pensamientos
inútiles que pretenden tener autoridad, sabiduría y poder.
Y los dos juntos, tiempo y mente,
hermanos unidos en un esfuerzo común, tienen autoridad y poder, pero carecen de
Sabiduría. Intentan constantemente alejarnos de nuestro eje que es el momento
presente, el instante prefecto, segundo a segundo, donde habita el recuerdo de
lo que somos, centro perfecto e inamovible donde instalarnos. Imagina por un
instante que la tierra se moviese un milímetro del eje que la sostiene: el
desastre sería total. Somos la Tierra y, como ella, tenemos un eje perfecto en
cada eterno instante.
Alguien dijo ya hace tiempo que
el río que miras nunca es el mismo, pues el agua va deslizándose sin esfuerzo
hacia su destino que es el mar. No se plantea de dónde vino ni tampoco hacia
dónde va: sabiamente se deja conducir gota a gota sin esperar nada, ausente de
anhelos y pretensiones, descansadamente, maravillándose del paisaje, en
perfecta comunión con el sonido creado al fluir así.
La Vida vivida de esta forma es pura
meditación, donde todo está dado y la felicidad puede aparecer. Si tengo hambre
como mi arroz, concentrado en su sabor, disfrutándole, sin quejas de si fue
caro o barato, si tuve un mal o buen día. Cuando a la noche llega el sueño a
visitarme, cierro mis ojos y duermo ¿qué más podría hacer? Puedo enfadarme,
quejarme o incluso entristecerme por un momento: el río en su recorrido a veces
tropieza con ramas o rocas, las acepta y al pasarlas las olvida, libre de pesos
inútiles.
Obrar así, en comunión perfecta
con lo que la Naturaleza nos enseña a diario es difícil pero posible. Hacerlo
en contra es un suicidio. Es una tarea de Hércules poder resistir el empuje de
esos dos hermanos sin que nos arrastren por el lodo que desplazan. Pero
Hércules era un semidios, mitad hombre mitad Dios, asistido por los Dioses, y
eso es lo que por todas partes dicen somos nosotros.
He escrito y hablando mucho sobre
Esto, pero es hoy, ahora, en este instante, cuando, dando gracias por Ello,
comienzo a sentirlo, verlo y valorarlo en toda su belleza.
Hay poesía en cada gota de vida
que nos empapa.
Hay calma y paz en cada segundo.
Hay un secreto tan sencillo que hoy ya nadie lo cree.
Parnaso de Hierasis
¡Qué maravilla! Parto leña, acarreo agua.
Pang el Seglar
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