Te propongo un sencillo experimento: toma los dos extremos de una goma con cada mano y estírala hasta su límite, hasta donde ya no de más de sí. Manteniendo esa elongación el tiempo suficiente, los dos extremos acabarán alejándose el uno del otro hasta el punto que llegarán a creerse diferentes, separados, distintos.
Ahora pinta uno de esos extremos de rojo y el otro de azul y, manteniendo la distancia entre ellos fruto del estiramiento al que estás sometiendo a la goma, enfréntalos, ponles cara a cara.
¿Adivinas qué dirán?
Efectivamente se considerarán distintos, únicos, destacarán sus colores respectivos, las virtudes y derechos propios olvidando los ajenos, hablarán de superioridad e inferioridad, de inteligencia, de belleza e incluso tendrán pensamientos proclamando lo felices y razonables que son cada cual, según el caso, y del error de ese otro que se cree igual a "mi".
Y si por un momento, tú que sostienes la goma en esa tensión, pudieses hablarles y decirles que son lo mismo, que realmente, visto desde tu posición, no hay separación ni diferencias entre ellos, que conforman un único cuerpo y que esos pensamientos diferenciadores que experimentan sólo son engaños, ficciones que sostienen la tensión, se reirían de ti, te compadecerian y, en algunos casos, te cologarian por hereje.
Así actuamos nosotros, como extremos de la misma goma, anulando la igualdad mientras sostenemos la diferencia contra viento y marea, condenando a todo y a todos, y que nadie venga a decirnos lo contrario porque nos reiremos en su cara con una desfachatez más propia de locos que de personas absolutamente cuerdas y razonables.
Por eso si en algún momento percibes esa voz, acógela en silencio, escúchala con toda tu atención y comprende, resuelve todas las dudas que te surjan planteando todas las preguntas para así obtener todas las respuestas hasta que deje de haber preguntas y desaparezca el preguntador.
En cada átomo de encuentra el Universo.
En cada gota anida todo el Mar.
En Ti estoy Yo.
Más allá de "Yo" sólo hay paz, Presencia, Consciencia, Ser.
Puedes seguir estirando la goma todo lo que quieras mientras sufres las consecuencias de ese estiramiento o puedes saltar al vacío de la comprensión y flotar en él.
Hacerse el muerto salva la Vida.
Hacerse el vivo en mucha constante defendiendo lo inexistente garantiza el ahogamiento prematuro.
Suelta la goma y disfruta.
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