Yo soy ésto o aquello separa, aleja y disuelve lo que es Único, No Dos, pues etiqueta y crea un personaje limitado y limitante, alguien inexistente, irreal.
¿Quién soy Yo? Es la pregunta que disuelve lo irreal, sin respuesta posible, pues ésta provendría del mismo personaje que intentamos se quite el disfraz.
La única respuesta es el Silencio, la contemplación del vacío que produce, la observación del Ser que, si estamos atentos como Testigos inamovibles, surgirá sin ruido ni escándalo, del mismo.
Es el amanecer, el despertar del sueño soñado tanto tiempo, de la confusión de realidad e ilusión, del convencimiento espontáneo de que nadie sueña ni despierta, de que Todo ya Es como Es.
Convencidos de que los fuegos artificiales son la verdadera luz, hemos olvidado la maravilla del fuego que anida en el gran Sol y en la humilde luciérnaga por igual, sin distinción, jerarquía o casta.
Si quieres disfrutar el Paraíso olvida el árbol del bien y el mal, deja a la serpiente que siga tentando sin más y verás qué es una simple cuerda confundida con el reptil por efecto de la oscuridad que la ignorancia produce.
El remedio para salir de la oscuridad es la Luz.
La solución para la ignorancia es el Conocimiento.
Amanece....
¿Te lo perderás
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