NI ACEPTAR, NI RECHAZAR




Pregunta: Llega un momento en que uno consigue aceptar todo lo que sucede con total sencillez ¿Cuál es el paso siguiente?

Bob: Si es lo que Es, quiere decir que no hay alteraciones modificaciones ni correcciones. Entonces no se acepta ni rechaza nada; no hay ni apego ni desapego. Al aceptar algo, estás adoptando una actitud determinada. Surge un pensamiento y dices: “Vale, lo acepto”, pero si lo dejas que sea tal y como es, quiere decir que no lo aceptas ni lo rechazas. Entonces surge otro pensamiento y te dices: “Eso no. Eso no lo  quiero”. Por tanto, ni se acepta ni se rechaza nada. No estamos apegados ni desapegados a nada, sino que dejamos que todo fluya libremente. En cambio, con la aceptación, si surge algo que es mejor no aceptar, puede que te digas: “Lo acepto”. Por tanto aun estás enganchado a la aceptación y volverán a surgirte conflictos.


Pregunta. Mi pregunta es sobre el ser consciente, sobre el estar presente, sobre el hecho de no ser una persona. Pero es como si eso tuviera un cierto regusto, como si no fuera completamente neutral. Siempre que puedo lo personalizo.

Bob: Ya. No tiene sentido intentar captarlo con la mente y ahí es justamente donde se personaliza. Se consciente de que no es necesario hacer eso porque entonces está interfiriendo la mente. Vive en Ello todo lo que puedas y te darás cuenta de que eso que parece ser una nada en realidad es muy sutil y conlleva una sensación de bienestar. Se podría decir que es una dicha sin causa, la cual no es lo contrario de la tristeza. No es el resultado de nada, sino una sensación natural de bienestar, de sentirse bien, de que todo está bien. Es algo muy sutil.

Al estar acostumbrados a las sensaciones burdas que nos vienen del exterior, nos fiamos constantemente en ellas porque ese es el condicionamiento que tenemos de toda la vida. Permanece en al sutileza de esto y empezarás a sentir lo que “existe”. Es una energía que te iluminará la cara, que te saldrá por los ojos, por así decirlo.

Pregunta: ¿Y por qué no soy siempre plenamente consciente? A veces tengo la sensación de que necesito hacer un esfuerzo por concentrarme o prestar atención-

Bob: Eres consciencia total, desde siempre y para siempre. Fíjate en lo que se refleja en ese espejo. El espejo es pura y simplemente espejo. ¿Se ve afectado o contaminado por lo que refleja, aunque parezca que los objetos reflejados sí que lo alteran? Aunque el espejo refleje un montón de objetos, a él no le afectan en lo más mínimo. Pues lo mismo sucede con la consciencia. Es como las nubes que tapan el Sol. El Sol siempre está ahí, en toda su plenitud, independientemente de lo gordas que puedan ser las nubes. Nunca se puede decir que el Sol haya desaparecido. Pasado un rato, sabemos que el Sol sigue ahí, a pesar de que las nubes sean muy densas y no podamos verlo.

Lo que nos mantiene atrapados es nuestro intento de comprenderlo con la mente, mediante conceptos. Comprende que eso no es necesario. Regresa siempre a su sencillez. No hay dualidad alguna. Es unicidad sin par. Permanece en eso hasta que esa percepción se convierta en la norma.

Pregunta ¿Por qué resulta tan difícil mantenernos en esa consciencia?

Bob: Porque intentamos mantenernos en ella ¡¡Intenta viajar al espacio!! ¡Cualquiera que sea la dirección que tomes, siempre tendrás pero delante más espacio que recorrer!!! Pero no es difícil permanecer en el espacio. Es imposible salir del espacio. Pues lo mismo sucede con al consciencia. L oque pasa es que tienes una idea preconcebida de cómo debe ser eso de estar siempre en la consciencia. Pero ese concepto no es la realidad. La consciencia es “lo no objeto”, inexpresable, inefable.

Pregunta ¡Pues vaya aburrimiento!

Bob: Quédate en Eso y ya verás. Es la vida misma, la fuerza de la vida, y lo sutil no tiene absolutamente nada de aburrido. Da la sensación de que pueda ser algo aburrido, porque, para la mente, es “lo no objeto” y, por otro lado, desde que desarrolló el uso de la razón, la mente está acostumbrada a captar, buscar y apropiarse de sensaciones cada vez mejores y más fuertes. Cuanto más grande, más ruidosa, más escandalosa o mas hermosa es la sensación, cuanto más “subidón” produce, mejor se considera y es a lo que nos hemos acostumbrado.

Cuando regresamos a la vacuidad, a lo sutil, que es aquello que no es un objeto, nos parece muy soso y aburrido en comparación con lo que la mente está acostumbrada a experimentar, pero quédate en eso un rato y verás. Hay mucho más de lo que te piensas ahí dentro. Sumérgete en esa sosería, en ese aburrimiento o en ese vació. Permanece ahí un rato sin intentar hacer nada. Simplemente, quédate ahí y observa lo que surge de ahí. Observa lo sutil, lo que yo llamo el gozo sin causa, la sensación de bienestar.

Sailor Bob Adamson

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