INCREIBLE

Resulta increible que la propia mente no se crea la facilidad de lo que Es y mas aun increible resulta que eso haya ocurrido a fuerza de repetirnoslo desde niños, y aun mas increible que indagando, dandonos cuenta, siendo conscientes de la Presencia que realmente somos y Es, todo acabe por volver a su cauce, aunque realmente jamás hubiese salido del mismo.

La facilidad con que este personaje de este sueño gusta de complicarlo es directamente proporcional a la dificultad que insiste en convencernos que existe para salir del mismo.

Los niños jamas se plantean esto, eso, porque de forma absolutamente natural, ni piensan ni tienen previsto hacerlo, limitándose a actuar y esuchar la Presencia que todo Es.

Lo que era conocido se volvió desconocido y ahora hay que invertir el curso del rio de esta existencia para que todo vuelva a su lugar.

Pero, propongo algo aún mas increíble que todo lo anterior: no existe el soñador ni el que sueña, ni lo soñado, sino única y simplemente el acto de soñar, como sólo existe el acto de ver, de percibir. Imagina por un segundo una enorme pantalla sobre la cual se proyectan todo tipo de imágenes, algunas alegres, otras tristes, unas coloridas, otras en perfecto blanco y negro. Hay espectadores viendo esas imagenes y hasta un proyector que, desde atrás, las vuelca en esa pantalla.

La pantalla por supuesto es ajena a las emociones que las imágenes despiertan en los espectadores que a ella acuden, los cuales abandonarán la sala, es decir, su existencia, en cuanto acabe la proyección y se enciendan las luces. 

¿Quién quedará después? 

¿Qué habrá? 

Sólo la pantalla seguirá ahí, como sigue aquí, incólume, indiferente a las opniones que sobre la película vierten los espectadores. Porque es la única que jamás ha cambiado ni ha sufrido modificación de su Ser.

Es pretender que con que se evapore una sola ola se acabe el mar.