La Oración es el vuelo del Alma hacia el cielo con las alas
de las palabras.
Un noble pensamiento es una Oración.
Un deseo intenso es una Oración
Un anhelo piadoso es una Oración
El suspiro sincero de un corazón penitente es una Oración.
Zarathustra
La oración está devaluada, como la comunicación. Si hablar de forma medianamente recta entre dos personas es algo difícil de encontrar, un ave raris en peligro de extinción, ¿qué decir de la comunicación entre nosotros y Dios, entre el Alma y su Fuente, entre el Cielo y la Tierra?
La Oración es algo que va mas allá del hecho religioso, pues
no es propiedad de, ni es atribuible a, ninguna religión, credo o secta, porque
es el lenguaje del Alma, la forma en que, mas allá de las palabras, se comunica
con la Emisora central, esa que realmente dirige la programación y establece
los horarios del Espíritu.
Orar no necesita de nada salvo de una actitud de
recogimiento, una decisión firme, honesta y plena de humildad verdadera, que es
semilla y abono a la vez, pues contiene ambos en sí misma. Se Ora en cualquier
momento en que alguien decide arrodillarse interiormente reconociendo la
impotencia de su pobre capacidad para siquiera saber reconocer el aliento
vital, la ignorancia que le habita, la pobreza absoluta de quien nada sabe y ni
siquiera "sabe que no sabe".
La Oración se realiza con cualquier palabra, con cualquier
sonido que se vista con las telas de la Rectitud, esa que se abandona por los
empujes del viento de la necesidad de aceptación, en el desierto de los halagos,
junto a los venenos de la ira, la envidia y el orgullo, todos ellos habitantes de nuestras
regiones oscuras que parecen harto valientes ante la torpeza que ejercitamos a diario
y nos llenan de sufrimientos innecesarios, pero esas mismas, también, que retroceden
con el rabo entre las piernas ante la mas pequeña, sincera y humilde Oración.
El Mundo pertenece a los Rectos.
La Oración sincera, privada, intima, es su distintivo y Su
Senda.
Parnasio de Hierasis
Parnasio de Hierasis
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